Después de la anterior entrada “Lo que todo el mundo debería saber sobre la fisioterapia”, en la que te resumimos a nivel legislativo las diferencias entre la fisioterapia y otras terapias, y los profesionales a los que acudir para garantizar un tratamiento seguro, vamos a profundizar hoy en la osteopatía.
Trataremos de responder a preguntas como qué hacemos cuando tratamos bajo los principios de esta terapia y por qué es una opción tan recomendada y efectiva en un gran número de casos
Inicios
Históricamente la Osteopatía surge a finales del siglo XIX, de manos del médico estadounidense Andrew Taylor Still, quien introdujo la osteopatía por primera vez en 1874.
A.T. Still empezó como la mayoría de los médicos de su época, a través de la práctica, ayudando a su padre como médico fronterizo. Posteriormente, añadiría una capacitación médica formal y terminaría ejerciendo como oficial médico del Ejército de la Unión durante la Guerra de Secesión de EEUU.
A pesar de disponer de todos los conocimientos médicos de su tiempo, no fue suficiente para salvar la vida de su mujer y cuatro de sus hijos. Esta pérdida le hizo darse cuenta de lo ineficiente y agresiva que podía ser la medicina y le llevó a dedicarse por completo al estudio y desarrollo de nuevas terapias y formas de mejorar la salud del ser humano.
Años más tarde, en 1892, fundó la primera escuela médica de osteopatía “American School of Osteopathy (ASO)”, convertida en la actualidad en la universidad “A.T. Still University”.

Poco después, junto a sus alumnos, A.T Still fundaría la “American Osteopathic Association (AOA)”, siendo actualmente la organización representativa de referencia de los médicos-osteópatas de EEUU.
En el siguiente timeline te resumo los hitos más importantes de esta terapia y de su creador:

Definición
La osteopatía es una disciplina terapéutica que proporciona un enfoque diferente para el tratamiento de las patologías y además tiene como objetivo el bienestar físico y mental del paciente.
A través de la relación entre la estructura (anatomía) y la función (fisiología) del cuerpo, los osteópatas aplicamos una variedad de técnicas para ayudar a reducir el dolor, aumentar la movilidad articular, aliviar la tensión muscular, evitar compresiones a nivel nervioso y mejorar el suministro de sangre, ayudando al propio mecanismo de curación del cuerpo.
Este tratamiento puede ser preventivo, curativo, paliativo o complementario. Analizamos y evaluamos la integridad estructural y funcional del cuerpo utilizando el razonamiento crítico de los principios osteopáticos para realizar un diagnóstico y tratamiento individualizado pudiendo incorporar consejos sobre estilo de vida, dieta y ejercicio.
Bases teóricas
Desde sus inicios, la osteopatía se basa en una serie de principios que forman los fundamentos filosóficos de la misma:
a) La estructura y la función están relacionadas.
La estructura del cuerpo (articulaciones, músculos, tendones, etc.) afecta la forma en que el cuerpo puede funcionar (movimiento, digestión, respiración, estado de ánimo).
Por ejemplo, un problema visceral puede llevarte a sufrir una alteración de la postura y de ahí aparecer una escoliosis funcional o postural:

del mismo modo que una escoliosis estructural puede ocasionarte problemas en el funcionamiento de alguna de las vísceras de la cavidad torácica y/o abdominal:

b) El cuerpo tiene un mecanismo de autocuración y autorregulación.
El cuerpo tiene una tendencia natural hacia la salud (Autocuración) y una capacidad de mantener una condición interna estable mediante el metabolismo, intercambio regulado de materia y energía con el exterior (Homeostasis).
La autocuración no quiere decir que, ante cualquier estado de enfermedad, el cuerpo sea capaz de curarse por sí solo. Pero sí que, gracias a nuestro papel como osteópatas, eliminando cualquier restricción física conseguiremos acelerar este proceso de curación natural. Y es que, ya sea un músculo contracturado o una articulación restringida o un sistema nervioso hiperactivo, contamos con las herramientas de terapia manual necesarias para abordar tales restricciones y ayudar al cuerpo a restaurar su salud y equilibrio.
Por otro lado, la homeostasis es una forma de equilibrio dinámico que se hace posible gracias a una red de sistemas de control realimentados que constituyen los mecanismos de autorregulación de los seres vivos. Ejemplos de homeostasis son la regulación de la temperatura y el balance entre acidez y alcalinidad (pH).
c) El cuerpo es un todo.
Para tratar con eficacia y eficiencia, el cuerpo no debe analizarse desvinculando cada una de sus partes, sino que debe considerarse como una unidad (holismo). Cualquier traumatismo puede afectar a otras zonas del organismo y no solo a las estructuras adyacentes o directamente relacionadas con el mismo. El tratamiento efectivo se basa en esta premisa, ya que a menudo proporciona la clave para abordar los problemas subyacentes.
Por supuesto son necesarios conocimientos avanzados de biomecánica y anatomía, teniendo claro que el movimiento de fluidos corporales es esencial para el mantenimiento de la salud (principio de circulación) y que los nervios juegan un papel crucial en controlar los fluidos corporales (principio de inervación)
Por ejemplo, imagina que sientes dolor en la parte baja de la espalda, como osteópatas veremos más allá de la zona en la que sientes directamente los síntomas. Pudiendo establecer una lógica que nos llevará a concluir que podría deberse a presiones anormales transmitidas a través de la pierna que alteran la posición de la pelvis y la parte baja de la espalda, todo esto causado por un movimiento deficiente en los huesos del tobillo como resultado de una antigua lesión.
Por esto, todos nuestros exámenes, diagnósticos y tratamientos estarán basados en la consideración de todos los principios anteriores.
Clasificación de la Osteopatía
A modo didáctico y técnico, la Osteopatía se divide en tres grandes esferas, las cuales se interrelacionan entre sí.

- · Osteopatía estructural: dirigida hacia el sistema músculo-esquelético (huesos, articulaciones, músculos y sistema vasculo-nervioso que lo controla) donde aplicamos diversas técnicas adaptadas a cada disfunción.
- · Osteopatía craneal: en esta esfera se incluyen todas las estructuras que componen el cráneo en sí (huesos, musculatura, sistema vasculo-nervioso, meninges y encéfalo) y su unión íntima con el sacro a través de la duramadre (la más externa de las meninges). Nos centramos en liberar y facilitar la micromovilidad del cráneo a través de las membranas meníngeas y el papel del líquido cefalorraquídeo.
- · Osteopatía visceral: determinada por todas las vísceras y órganos toraco-abdominales, así como por el sistema vasculo-nervioso que los nutre e inerva. Por lo general, trataremos de eliminar las adherencias y tracciones miofasciales que dificultan la normal movilidad de los mismos.
Aunque académicamente se estudian de manera segmentada, las tres esferas se interrelacionan anatómica, neurológica y fisiológicamente. Tanto las partes que forman una misma esfera entre sí, como las partes entre distintas esferas, se influyen; de forma que, en una sesión de Osteopatía, trabajamos siempre (o al menos revisamos) las tres esferas.
Por esta razón decimos que la Osteopatía es un tratamiento holístico, donde tratamos al individuo y no a la patología en sí misma.
Conclusión
Como osteópatas, nuestro principal objetivo es encontrar el origen del problema y no centrarnos exclusivamente en el síntoma. Por eso es esencial, además de tener un conocimiento preciso de la morfología corporal, conocer con exactitud la sintomatología del resto de patologías que afectan al cuerpo humano pues resulta imprescindible para el diagnóstico diferencial. Pudiendo de esta forma, derivar al profesional adecuado, en caso de que el problema de salud no nos competa.
También es importante pensar en globalidad, por lo que con frecuencia nos interesamos por conocer el estado emocional y las alteraciones psicosomáticas del paciente, ya que un verdadero tratamiento de calidad debe hacerse tanto desde el punto de vista físico, como químico y emocional.
En definitiva, un osteópata es un arquitecto bioestructural que busca la armonía y el equilibrio del cuerpo relacionando todos sus sistemas (musculo-esquelético, cardiorrespiratorio, neurológico, digestivo, urogenital, sensorial-propioceptivo, neurovegetativo, etc.)